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Construcción de unos binoculares gigantes
Construcción de unos binoculares gigantes
Como muchos de vosotros sabréis, el 11 de junio del pasado año, comenzó la carrera para el descubrimiento de algún cometa por astrónomos con equipo de aficionado, ya sea visual, fotográfica o electrónicamente. La recompensa asciende a tres millones de pesetas y está supervisado por la oficina de telegramas de la U.A.I. y el observatorio astrofísico Smithsoniano.
La idea de construir unos binoculares gigantes ya le teníamos de años atrás y fue a raíz de esta comunicación cuando comenzamos a indagar los precios del mercado. Sin lugar a dudas éstos nos reafirmaron en la consecución de este proyecto.
En primer lugar pensamos en tallar la óptica, tarea que veníamos realizando tiempo atrás con la construcción de varios telescopios de 150 a 200 mm con bastante éxito. El problema era el hecho de tener que hilar muy fino a la hora de conseguir una distancia focal muy parecida en ambos espejos primarios, con un error no mayor de 2 ò 3 mm. Recurrimos a los servicios de nuestro amigo José Costas Gual. Le comentamos el proyecto y se comprometió a tallar dos espejos de 155mm F/5, tarea que al final acabó con un error de solo un milímetro en la distancia focal. No sabemos como lo consiguió, pero el resultado fue fabuloso. Nos comentó que la empresa en que nos metíamos era ardua y difícil y que él mismo no estaba seguro del resultado a obtener, animándonos por otro lado a su puesta en marcha.
En cuanto a la construcción mecánica, tres eran los problemas de más difícil solución:
•De una parte la colimación de los dos tubos ópticos para poder ver el mismo campo por ambos oculares y que los objetos a observar se situaran en la misma porción del campo, ya que con esto conseguiríamos la flexibilidad suficiente a la hora de solapar las dos imágenes que provienen de cada tubo óptico.
•En segundo lugar la libertad de movimientos en las tres superficies ópticas de cada tubo a fin de conseguir el correcto alineamiento de las mismas y el perfecto solapado de las dos imágenes.
•Por último para el ajuste de la distancia interpupilar (separación de los ojos del observador) tendremos que hacer que uno de los tubos ópticos gire sobre su eje.
MONTAJE ÓPTICO
Partimos de dos tubos de PVC que albergan los dos primarios de 155mm, aunque pueden ser reemplazados por tubos de cartón de encofrar (Encotubo o sonotubo). Cada tubo contiene un espejo primario, un secundario y un terciario. El cálculo para la colocación y diámetro del secundario vendrá definido por la distancia mínima a la que debemos situarnos del tubo óptico, para no tapar con la cabeza el campo del telescopio. En función de esa distancia pondremos el diámetro del secundario. El diámetro del terciario y su colocación no revierte tanta dificulcultad excepto que debe poder ajustarse su posición con tres mandos para poder solapar las imágenes (ver figura adjunta). En nuestro montaje hemos utilizado un codo de PVC de 87º y 50mm de diámetro de los empleados en fontanería para poder alojarle otro de 40mm dentro y sobre este los oculares (de la misma distancia focal). Haciendo un corte en el codo a 45º respecto a su eje pegamos un trozo de tubo de 40mm alojando en su interior un pequeño barrilete sobre el que pegamos con silicona un pequeño espejo terciario (no utilizar nunca para esta tarea pegamentos rígidos que podrían deformar la superficie del espejo). Los espejos secundario y terciario, se cortaron de un espejo sacado de una fotocopiadora desguazada. Una vez analizados en el interferómetro, vimos que su calidad y planicidad eran aceptables y procedimos a su montaje.
MONTAJE MECÁNICO
El soporte de ambos tubos, está constituido por un cajón que los arropa. Uno de los tubos se puede regular en su asiento mediante tres tornillos al igual que lo hacen las abrazaderas de un buscador cualquiera, al objeto de que queden perfectamente paralelos los ejes ópticos de ambos tubos. El otro puede girar sobre su eje para poder ajustar la distancia interpupilar. Esto se consigue insertando dentro del agujero de agarre del tubo, tanto en la parte superior como en la inferior, un manguito del mismo diámetro del tubo(accesorio para empalmar tubos de PVC). Se corta por la mitad, y se coloca cada una en la parte superior e inferior a modo de cojinetes sobre los que puede girar el tubo. Sería preferible tornearlos para que el giro del tubo tenga la precisión suficiente.
De todas maneras, una vez colimados y ajustados ambos tubos, si giramos un de ellos para ajustar la distancia interpupilar de un nuevo observados, las dos imágenes dejan de solaparse. Con un ligero retoque a los tres tornillos del barrilete de uno de los espejos terciarios, se consigue superponer las dos imágenes con gran facilidad. Este era sin duda el principal problema del binocular, que hemos solucionado con eficacia y sencillez. Si cambiamos los oculares con el objeto de obtener mayor aumento, se desdoblan también las imágenes. Un nuevo y ligerísimo retoque a los tornillos del terciario hace coincidir ambas imágenes de nuevo.
Finalmente la montura elegida fue de tipo Dobson, ideal para este tipo de observaciones, tanto por su facilidad de movimiento como por la posición que ocupa el observador, teniendo en cuenta lo peculiar de este montaje. La altura del cajón soporte se exageró un poco para que el observador pudiese permanecer cómodamente sentado.
El resultado de las pruebas realizadas con este binocular es mas que satisfactorio, pudiendo comprobar la sensación que produce el hecho de mirar con ambos ojos el cielo profundo, sensación que se parece a la estereoscopia aunque sepamos que no es tal.
Para la observación de planetas, ya sabemos que una relación focal de cinco no es la más adecuada. Recomendamos a aquellos que se animen a la construcción con el deseo de la exploración planetaria, que usen focales más largas aunque el tamaño del instrumento lo hará mucho más engorroso.
Un paseo por la vía láctea con este diámetro de objetivos, es una experiencia inolvidable. Desde aquí animamos a todos los aficionados con inquietudes a la construcción de instrumentos de este tipo.
Juan Antonio Jiménez Salas
Alfonso Valenzuela Navarrete
martes 10 de noviembre de 2009